lunes, 17 de noviembre de 2008

Laura

Habíamos estado toda la noche de fiesta, Laura se quedó a dormir en casa, no estaba para coger el coche, nos fuimos en taxi y decidimos que se quedara, no pasó nada, habíamos bebido mucho y solo queríamos dormir, por la mañana abrí los ojos y ella estaba en mi cama, con una camiseta mía, algunas tallas mas grande que ella, pero que le quedaba genial, a Laura toda la ropa le quedaba bien. La larga camiseta dejaba entrever unas braguitas blancas, sin grandes detalles, pero las llevaba puestas Laura, sobran las palabras.

Laura es morena, bajita, delgadita, sus pechos no son grandes, pero tampoco pequeños, se podría jugar con ellos perfectamente. Laura es solo una amiga, una amiga que sabe muchos secretos sobre mi y yo sobre ella, a Laura la he visto alguna vez desnuda, y ella a mi en algunas noches de verano donde la fiesta pasa factura y acabamos en la playa como dios nos trajo al mundo, ella sabe que me pone cachondo, ¿y yo a ella?, ahí estaban mis dudas.

Me levanté de la cama y dejé ahí a Laura, que dormía plácidamente, entré al aseo a cepillarme los dientes, afeitarme y darme una buena ducha que me espabilara. Mientras cepillaba los dientes apareció Laura con pasos largos, como con prisa, solo dijo “-lo siento”, abrió la taza del w.c., bajó sus bragas, se subió la camiseta y se sentó.

No sabía que hacer, Laura sabía de sobra que ver a una chica meando me ponía mucho (eso también se lo había contado), Laura decía que era un guarro; Miré de reojo a Laura y ella gesticuló con media sonrisa; Dios, tenía ahí a Laura, meando junto a mi, yo empalmado escuchando el sonido de su chorrito, no aguantaba mas, había que lanzarse.



Sin pensármelo me abalancé sobre ella, comencé a besarle en la boca mientras mi mano se deslizó entre sus piernas, su chorro seguía saliendo y por suerte no me rechazó, fue la sensación mas placentera de mi vida, poder besar en la boca a Laura, poder acariciar su coñito, totalmente depilado excepto una rallita de vello y mientras sentir como su pis empapaba toda mi mano y goteaba por mi brazo, su líquido dorado tan caliente, regalo de la chica que mas me ponía. Comencé a masturbarla empapando todo su coño y la parte interior de sus muslos con su meada y sus flujos, ella gemía y empezó a poner una cara que jamás le había visto, estaba ante la Laura mas salvaje que jamás había visto.

Caían las últimas gotas, Laura agarró mi brazo y lo guió hacia su cara, sujetó mis dedos empapados en pis y los introdujo en su boca, saboreando cada dedo y cada gota de placer dorado, cuando acabó fue a por papel higiénico, pero se lo impedí, la levanté del w.c. y con ella de pie yo me puse de rodillas ante ella, viendo su coñito de frente lo limpié con mi lengua, quería probar el rico manjar de mi mejor amiga y que cada una de sus últimas gotas fuesen mías.




Laura me volvió a besar, yo agarraba su culo, lo abría, mis manos no se despegaban de su trasero, ella comenzó a desvestirme, me quitó mi camiseta, se agachó hasta tener mis boxer en las manos y quitármelos completamente. Ella se quitó la camiseta, única prenda que ya llevaba puesta, nos fuimos hacia la ducha y bajo el agua caliente comezó a besar mi cuerpo, desde la boca, bajando por el cuello y siguiendo por pecho, ombligo y pubis, agarró mi polla, la besó, me miró a los ojos “-yo quiero que tu también me des un regalito como el que yo te dí”, y sin mediar palabra dejé salir una potente meada que Laura supo aprovechar bien, con mi polla en su mano y guiándola se empapó todo su cuerpo, la acercó a su clítoris y agachándose de nuevo ante mi la colocó sobre su larga melena empapándola toda. Aquello parecía un sueño, Laura haciendo realidad mis fantasías, estaba empapada, el pelo le chorreaba, ella pedía mas y mas, la restregaba por sus pechos, por toda la cara, y cuando empezó a salir el chorrito final comenzó una mamada inolvidable, sin dejar que una gota saliese para afuera.



Después de disfrutar con la ducha era inevitable el acabar follando, pude disfrutar de su cuerpo, sentir mi polla en su coñito, poder vaciarme sobre ella, poder saborear todos y cada uno de sus jugos. Y después de todo, Laura y yo ya teníamos otro secreto mas, y seguimos disfrutándolo, pues esta no fue la única vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bárbaro que calentura.. Quien fuera Laura o tu.. suertudos..
Kam